Un campeón en el reino de Michael Schumacher
Las celebraciones con su padre Keke, campeón con Williams en 1982, las lágrimas en el podio, el frío abrazo con Lewis Hamilton, el efusivo encuentro con su esposa, entre otras imágenes, marcaron el fin de semana en el que el piloto alemán Nico Rosberg se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1 luego de una temporada intensa y en la que la batalla sicológica contra Hamilton tuvo un cierre de infarto en las tres últimas vueltas del Gran Premio de Abu Dahbi. Pero más allá del título, Rosberg lo consigue a la sombra del siete veces campeón del mundo Michael Schumacher, una especie de emperador, idolatrado en Alemania y con un arraigo increible en la sociedad de ese país.