El sueño de los 100 Kms Botoneta se hizo realidad

“Me encanta ver la pista así, con la gente teniendo contacto con los pilotos. Me gusta que ellos les hablen, que se tomen fotos, eso ayuda al espectáculo y hoy es un gran día. Mi sueño se hizo realidad”, aseguraba Jaime Kirste, quien observaba la parrilla abarrotada y luego recibía un reconocimiento de manos de Pedro Cofiño por su incansable entusiasmo para crear afición, para crear autos competitivos y para soñar en que pueden organizarse más eventos de esta naturaleza.

Y mientras el Pato Castillo tenía una cola frente a él para tomarse fotos, principalmente con niños, que lo ven como un ídolo, respondía con un apretón de manos, Lush Saravia paseaba frente al Nissan Silvia que manejaron con el Pato y también recibía muestras de apoyo, no solo por la carrera que estaba a punto de arrancar, sino por sus recientes hazañas en Europa que lo llevarán al competitivo serial GT Open donde pilotará un BMW M6

En esa parrilla estaban los pilotos más talentosos del área, mezclados veteranos de mil batallas como José Luis Armegol, o jóvenes que ya han dado de que hablar como Juan Diego Hernández. Figuras de la talla de Juan Pablo Rodas, Marcos Reichert, Freddy Bressani, Arnoldo Daets, Raymond Zaid, entre otros, que sin duda atendieron el llamado a participar seducidos por una carrera que prometía mucha emoción.

Los ya famosos Botonetas más otros autos Vintage estuvieron en manos de pilotos consagrados, como Milo Valverde o mexicanos como el Pato Galindo que ven hacia estas tierras como el automovilismo tiene arraigo, competitividad y mucho potencial para seguir desarrollándose.

En menos de dos meses se han organizado dos eventos trascendentales como las Tres Horas Nocturnas, de la Copa Toyota Yaris Castrol y ayer los 100 Kms Botoneta.

Llegaba el momento de la verdad y rápidamente se retiraban los aficionados, los oficiales dejaban limpia la pista y solo los protagonistas tenían derecho a estar sobre el mítico asfalto del Autódromo Pedro Cofiño.

El safety car se enfiló a sus vueltas de reconocimiento y cuando la bandera verde se agito y el Nissan Silvia comenzó su cabalgata hacia la victoria, en manos de Adolfo Castillo y Andrés Saravia, el sueño se hacía más grande y tocaba la realidad. Vamos!!!!!, a esto es a lo que venimos, gritaban los aficionados desde los palcos y graderíos.

El resto de la carrera es una historia llena de detalles muy diferentes, porque cada piloto y cada equipo vivió su particular momento, desde los ganadores que todo lo hicieron a la perfección,  pasando por la frustración de favoritos como Víctor Hugo López, Ricardo Chen, Rafael Bolaños, George Hazbun, entre otros, que por distintas razones quedaron atados de manos para ser protagonistas.

La bandera a cuadros en manos de Lush Saravia, que cerró la carrera, bajaba las revoluciones de todo el mundo luego de la tensión de 42 vueltas. La adrenalina se calmaba y el paseo del ganador ayudó a relajar a los asistentes que comentaban mucho de lo que pasó en algo más de una hora.

“Es genial haber ganado, nos sentimos orgullosos y formamos una dupla muy competitiva. A pesar de que no es mi auto, se pudo ganar”, aseguraba un eufórico Pato Castillo quien entrevistado por la cadena FOX recibió el fuerte abrazo de Jaime Kirste, que también felicitó efusivamente a Saravia, a Milo Valverde y a todo el piloto que se encontrara en su camino.

Bajaba el telón de las acciones y con el auto número 11 los ganadores celebraron el 11 de marzo.