Mateo Llarena, un niño con espíritu de campeón

Mateo, de sonrisa prolongada, hiperactivo como muchos niños de su edad, siempre atento y con la mirada fija en la pista, tiene un proyecto definido para su carrera deportiva trazado por su padre, quien con orgullo muestra el cuadro en el que planificó los siguientes cuatro años.

“Nada es al azar, queremos que Mateo queme las etapas y tenga una preparación óptima, que mejore constantemente y que en no más de cuatro años tenga participación en la F4 Latam, serial avalado por FIA y que puede convertirse en una ventana para mostrarse a niveles más altos”, confiesa Rinaldo.

Precisamente en esa búsqueda por mejorar el nivel de Mateo, se adquirió un vehículo Mustang V8 GT 2004 que hoy fue puesto en la pista del Autódromo Pedro Cofiño, bajo la mirada y consejos de Facundo Casse, entrenador de Mateo desde sus primeros años en el automovilismo.

Al niño se le adelantó la navidad ya que pudo experimentar en carne propia el poder del vehículo y sus más de 4000 centímetros cúbicos.

“Adquirimos el auto en Miami, lo hemos configurado en Guatemala para que Mateo lo use y se convierta en una especie de vehículo de pruebas”, indica Rinaldo.

El Mustang Rojo, de aspecto intimidante fue trabajado en la parte mecánica por Jorg Rosenfelder y en otras partes, específicamente en el roll cage y asientos por los Talleres Rodas. Precisamente, hoy Rosenfelder jugó un papel importante en los pits para evaluar el desempeño del vehículo y para recoger los datos que ayuden a mejorar los tiempos en las próximas sesiones.

Mateo no se intimidó por el Mustang y junto a su entrenador dieron los primeros giros al circuito, que no solo es demandante, sino extremadamente técnico, pero Llarena se adaptó fácilmente al trazado en el que ha tenido importantes conquistas en los karts.

“Es bien rápido y ahora entiendo y conozco la dimensión de la pista ya que solo había competido en los trazados para karts”, aseguró Mateo al bajar del bólido que lo impresionó por la frenada y la forma en que cruza.

Mateo, quien ayer también recibió consejos de Ian Rodríguez, piloto guatemalteco que destaca en la F4 Italiana, ya ha disputado un mundial de karts, recibió en el 2014 el FIA Award y es dos veces Campeón Nacional de karts, lo evidencia a un piloto talentoso y por eso no fue nada sorpresivo que en sus manos el Mustang rindiera como se esperaba.

El proceso de Mateo es fruto, sin duda, del buen nivel que ha alcanzado el kartismo guatemalteco que en los últimos años ha tenido una evolución positiva así como el incremento de participantes y el proceso natural de escalar categorías y buscar seriales internacionales se complica menos cuando el nivel de los niños se trabaja de buena manera.